El lenguaje inclusivo parece que ha llegado para quedarse.
Si bien todavía no está estandarizado y se manifiesta con diferentes usos de acuerdo al país y al ámbito, ya puede encontrarse en entrevistas habladas, periódicos, conversaciones entre amigos en grupos de chat, e incluso en notificaciones formales de entidades y organismos oficiales como universidades, escuelas y asociaciones.
El Informe de la Real Academia Española sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas habla del uso del lenguaje inclusivo con una construcción léxica a partir de un desdoblamiento o duplicación de género. Es decir, por medio del uso de un coordinante (y…,o…,tanto…, como…), que une binomios de sustantivos de persona de géneros opuestos, como podría ser el caso de hijas e hijos, o de chicas y chicos, etc. Esta es la forma en que generalmente encontramos el uso del lenguaje inclusivo. Sin embargo, también podemos dar cuenta de otra modalidad donde directamente se engloba el concepto en una sola palabra mediante la utilización de la letra e, resultando chiques e hijes, para la comunicación oral. Cabe aclarar que esta tendencia se manifiesta con el uso de la letra x en el lenguaje escrito, resultando en este caso chiquxs e hijxs.
Indudablemente, en cada país el lenguaje inclusivo presenta características propias interesantes de conocer, aunque no sea para aplicarlas en lo personal, pues es una condición que refiere a la movilidad de cada lengua y que responde al contexto social y a los valores de nuestra época.
¿Qué sucede en tu país? ¿Cómo se manifiesta el lenguaje inclusivo?